Qué pasaría si entras en una tienda y vez dos productos similares. Uno cuesta el doble que el otro, pero ambos parecen ofrecer lo mismo. ¿Por qué alguien elegiría el más caro? La respuesta radica en el valor percibido, un concepto esencial que puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de tu empresa.
La percepción de valor es como un prisma a través del cual cada consumidor ve tu producto o servicio de manera única. Está influenciada por factores como experiencias previas, valores personales, creencias, estado de ánimo y circunstancias externas. Por eso, dos personas pueden valorar de forma muy distinta el mismo artículo. Incluso tú mismo puedes percibir un producto de manera diferente según el día o tu última experiencia con él.
Es crucial reconocer que el valor percibido no se limita a cómo tu producto satisface una necesidad. También abarca los recursos que el cliente invierte para adquirirlo: tiempo, esfuerzo, dinero y hasta el estrés que pueda implicar el proceso de compra. Por ejemplo, preparar una cena en casa no solo requiere ingredientes, sino también tiempo para cocinar y limpiar. Servicios como Glovo o Uber Eats triunfan porque eliminan esas molestias, ofreciendo comodidad a cambio de un precio que muchos están dispuestos a pagar.
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Esta percepción es relativa y varía según las circunstancias personales y socioeconómicas de cada individuo. Un cliente con un alto poder adquisitivo puede valorar más la exclusividad y estar dispuesto a pagar un precio superior, mientras que otro puede priorizar el ahorro y buscar opciones más económicas. Incluso ofreciendo el mismo servicio con la misma calidad, las diferencias en la percepción de valor pueden influir significativamente en las decisiones de compra.
Para conectar realmente con tus clientes y destacar en el mercado, considera estos aspectos clave al elaborar tu propuesta de valor:
Comunica de forma transparente y auténtica los beneficios que ofreces. Las empresas exitosas suelen abordar una necesidad desde múltiples ángulos, enriqueciendo la experiencia del cliente. Piensa en cómo tu producto no solo resuelve un problema, sino cómo aporta en términos de estatus, comodidad, seguridad o satisfacción personal.
Ejemplo práctico:
Si vendes bicicletas eléctricas, no te límites a destacar su eficiencia energética. Habla también de la libertad que proporciona, el tiempo que ahorra en desplazamientos urbanos y el impacto positivo en el medio ambiente.
Además, investiga a tus competidores. Identifica qué están haciendo bien y dónde hay brechas que puedas llenar. ¿Ofrecen todos un servicio de atención al cliente deficiente? Ahí tienes una oportunidad para diferenciarte.
Sé específico sobre lo que el cliente obtendrá. Si ofreces servicios de diseño web, aclara si incluyes mantenimiento, optimización SEO o formación para el uso de la página. Esta claridad genera confianza y alinea expectativas, evitando malentendidos futuros.
Lección aprendida:
Una vez contraté un servicio de reforma para mi casa. Asumí que el pintor también se encargaría de limpiar al terminar, pero no fue así. Esa falta de claridad afectó negativamente mi experiencia y me hizo valorar menos su servicio.
Las personas suelen elegir productos que reflejen quiénes son o quiénes quieren ser. Aprovecha esto mostrando cómo tu producto mejora su imagen o estatus social.
Caso de estudio: Las marcas de lujo como Rolex no venden solo relojes, venden prestigio y éxito. Sus clientes valoran cómo el producto los hace sentir y cómo los percibe su entorno.
Destaca cómo tu oferta simplifica la vida del cliente. Si puedes eliminar barreras o reducir esfuerzos, el valor percibido aumentará.
Ejemplos de obstáculos comunes (Kaufman, J. 2010):
Estrategia: Si vendes software, podrías ofrecer una instalación en un clic y soporte técnico gratuito. Esto reduce la frustración del cliente y aumenta la probabilidad de que elija tu producto sobre otros más complicados.
Al abordar estos aspectos, no solo mejoras la percepción de valor de tu producto o servicio, sino que también construyes relaciones más sólidas y duraderas con tus clientes.
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